Foto: ITF |
Por Alex Caycho
Es la mejor forma de describirlo. Ya es hora de darle mayor
énfasis a esta disciplina y, es que desde su sigila llegada a nuestro país en
los años 70’ no a evolucionado de una manera adecuada. Es así, porque no ha
tenido un apoyo importante, sería contradictorio tener que recolectar todos los
títulos y medallas obtenidas en panamericanos, sudamericanos. Sin Incluir las
clasificaciones mundialistas de nuestros compatriotas.
Siendo exactos, el 4 de Junio de 1978, es decir 8 años más
tarde de su llegada al Perú, el Taekwondo se inicia de una manera diletante en
la Universidad Mayor de San Marcos. Estando a cargo Percy Vergara, Juan
Infantas y el maestro Bryon Oh Park quien fue muy influyente en esta
disciplina. En un abrir y cerrar de ojos a pasado cerca de 35 años desde los
inicios del Taekwondo en el Perú; sin embargo, la intervención de apoyo vigente
por parte del estado es paulatina, cada competidor debe luchar con su pañuelo
si quiere participar. Lamentable, pero cierto. No obstante, el espíritu de este
deporte no tiene límites, puesto que, no existe impedimento para defender los
colores de nuestra bandera. Por esa razón, muchos competidores cubren sus
gastos con rifas, actividades, etc.
El Taekwondo no es fútbol. Uno puede percatarse con solo ver
los términos de estas palabras, pero ¿desde hace cuánto tiempo no vamos a un
mundial? España 82’… ¿Cuánto veces hemos perdido nuestra esperanza?
Incluso, ver toda una inversión
millonaria para el fútbol: estadías, alimentación, tener las mejores
comodidades para los futbolistas y aun así, seguiremos con el sueño de clasificar a un mundial. Desde otra
perspectiva, existe todo un esfuerzo que efectúan nuestros competidores del
Taekwondo. La gloria no llega sola, ellos lo saben muy bien. Las cifras para
representar al Perú tienen un precio alto, son cubrir sus gastos de
alimentación, estadía y viaje. Aquello no consta, para entregar el alma en cada lucha.
Se viaja con opacidad, sin brillo, sin luz. No hay prensa
para que, por lo menos, logren despedirse de sus familiares. Pero, saben muy
bien, que al final del túnel están los laureles para todo un país. En cierto
modo, las emociones y los sentimientos del futbol son muy superiores a un
deporte que simplemente, no tiene la etiqueta de ser rentable. Solo mantiene la
intensión de ser mejor persona, para rescatar nuestras virtudes, adjuntándolo
al respeto…el taekwondo es eso, remite la esencia de ser un humano tolerante. Los
medallas conseguidas en mundiales, en panamericanos y sudamericanos, rectifica
el compromiso de los competidores en dejar en alto nuestra bandera. Todo lo
añadido no le quita pedir al estado más
apoyo, todo lo contrario, los deportistas solo deberían preocuparse en entrenar
apropiadamente y no desperdiciar un despilfarro de tiempo desarrollando
actividades para viajar. La rentabilidad deportiva no debería ser un beneficio
aprovechado para terceras personas, pero el esfuerzo y compromiso de algunos
deportistas debe mantenerse mejor
condecorado.
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